Qué duda cabe de que las posibilidades que hoy en día ofrece el mercado del papel están a años luz de las que pudieron imaginar quienes lo crearon, hace ya más de veinte siglos, en el Antiguo Oriente. Desde aquel primer material originario realizado con celulosa de seda, arroz, cáñamo o incluso algodón hasta el amplio catálogo que cualquier productor ofrece en la actualidad se ha producido un avance constante tanto de las técnicas de fabricación como de los materiales naturales y químicos empleados en dicha fabricación.

El papel se fabrica hoy en día con pasta de fibras vegetales que son molidas, blanqueadas, desleídas en agua, secadas y endurecidas. Sin duda, este material no tiene nada que ver con el que los árabes trajeron a la Península Ibérica allá por el siglo X después de C. Por eso, al elaborar un proyecto para la realización de un producto impreso (un catálogo, un flyer, un libro, un cartel, una tarjeta de visita, etc.) hay que tener presente los tipos de papel que tenemos a nuestra disposición para así saber cuál va a utilizarse para realizar la impresión.

En este artículo vamos a hablaros de las propiedades que puede tener este material para, a continuación, realizar una tipología básica del mismo.

Tipos de papel

Propiedades

A la hora de elegir el papel para imprimir hay que tener en cuenta lo que se conoce como propiedades del papel. Esas propiedades son:

  • Porosidad
  • Blancura
  • Opacidad
  • Estabilidad dimensional
  • Brillo

La porosidad determina de qué forma se absorbe la tinta de impresión. Por tanto, pensar en este aspecto es fundamental a la hora de elegir un soporte para nuestro producto. No hacerlo supone arriesgarse a que la impresión no se realice de la manera adecuada.

En un offset, por ejemplo, el efecto de la tinta suele ser menos brillante, ya que este soporte absorbe más pigmentos de color. En uno estucado, por el contrario, la tinta se absorbe rápidamente en la capa de revestimiento, pero permanece ahí. Eso permite que la tinta tenga una apariencia mucho más brillante que en el caso anterior.

Cuando se habla de la blancura hay que hacerlo teniendo en cuenta algo que tiene que ver con la fabricación de este material: a la mayor parte de los papeles se le añade algún tipo de colorante.

Para conseguir una impresión más blanca se le añade un tono azul. Para dar apariencia de mayor naturalidad se echa mano de un toque ligeramente amarillo. El hecho que se usen esos colorantes implica que se pueda hablar de cuatro tipos de papeles: blanco, natura, azulado o crema.

Por su parte, cuando hablamos de la opacidad estamos hablando de la cantidad de luz que puede pasar a través de la hoja. A menor opacidad, más fácil que la tinta traspase de una cara a la otra. Para imprimir a doble cara, por tanto, es necesario disponer de un soporte con una opacidad alta.

La opacidad es más elevada conforme mayor es la proporción de madera utilizada en la fabricación de la hoja y mayores son los niveles de rellenos tales como pueden ser el talco, la arcilla blanca o el dióxido de titanio.

Otra de las propiedades que es importante tener en cuenta es la de la estabilidad dimensional, esto es: la resistencia que opone una hoja a las variaciones higrométricas del aire, causante de una modificación de su tamaño.

El hecho de que el agua de esa humedad ambiental penetre en las fibras de la hoja y las hinche hace que ésta se deforme. Esta modificación se produce, generalmente, en dirección a las fibras, es decir, perpendicularmente al sentido de fabricación. Hay que tener presente que la estabilidad absoluta no existe y que siempre existirá, en condiciones de mucha humedad, un cambio, aunque sea mínimo, en ese tamaño.

No obstante, si el soporte que se utiliza es estucado, la estabilidad del mismo será mayor que si se emplea uno que no lo sea. Estucado y no estucado son, como vamos a ver ahora, los dos tipos fundamentales de soporte de impresión empleados en artes gráficas.

Propiedades del papel

Gramaje

Pero el papel de impresión no sólo se clasifica según los baremos o características de las que hemos hablado en el apartado anterior. También se puede clasificar por su gramaje o peso.

Cuando hablamos del gramaje del papel estamos hablando del peso de éste por metro cuadrado. Para calibrarlo y dar información sobre dicho peso, se utiliza la medida de gr/m². Cada gramaje está especificado para imprimir un tipo de producto distinto.

Veamos a qué se destina cada tipo de papel según sea su gramaje:

  • Gramaje entre 40 y los 52 gr/m²: papel de prensa.
  • De 80 gr/m²: folio empleado en oficinas.
  • Entre 90 y 150 gr/m²: folletos, catálogos, interiores de libros y carteles.
  • Por encima de 200, y hasta los 350 gr/m²: cartulina. Ésta se usa en portadas de revistas, en flyers, en tarjetas postales y de visita.
  • Gramaje superior a los 350 gr/ m²: tarjetas de visita de un grosor especial y portadas de libros.

Al gramaje se le llama también densidad del papel.

Gramaje papel

Tipos de papel básicos

Existen decenas de fabricantes y distribuidores. Existen cientos de tipos y marcas. Pero hay que saber que el 90% de los trabajos de impresión se realiza con los dos siguientes tipos de papel: offset y estucado.

El offset, al que también se llama repro, es el típico que podemos encontrar en una fotocopiadora o en una impresora láser. Es el más habitual en el mercado. Se fabrica en grandes cantidades. Para elaborarlos se utiliza poca celulosa y mucha carga. Este tipo de formulación facilita la impresión, en especial cuando se imprime en color.

Este tipo de soporte se produce a una velocidad de 2.000 metros por minutos y en tiradas que oscilan entre los 9 y los 10 metros de ancho. Al fabricarlos suele buscarse y/o potenciarse la blancura.

Los gramajes están en este caso entre los 70 y los 90 gr, aunque en algunos casos pueden alcanzarse los 100.

Dentro de este tipo pueden encontrarse diferentes calidades. Éste es un soporte que tiene pelusa y que puede encontrarse en un sinfín de colores. El offset es el papel que acostumbramos a usar para escribir y que suele utilizarse para imprimir interiores de libros tipo novela, facturas, sobres y cartas corporativas, etc.

El estucado o cuché se fabrica con fibras cortas y una gran cantidad. El agente ligante que se utiliza para fabricarlo es el carbonato cálcico. Su rugosidad permite que la tinta se retenga con rapidez y se reparta de forma homogénea. Es un soporte con una gran calidad de impresión.

Esta mejora en la calidad de impresión se debe a que sobre la celulosa se aplica una capa de estuco. Esta capa sirve de recubrimiento y es sobre ella sobre la que se retiene la tinta en el momento de la impresión.

Este soporte se produce a una velocidad de 1.000 metros por minuto y en láminas de 7 a 8 metros de ancho. Se fabrica habitualmente con dos tipos de acabado: el estucado brillo o glossy y el estucado mate.

El estucado no tiene “pelusa” ni poro y no es recomendable para escribir encima (la tinta puede resbalar o correrse, especialmente en el tipo brillante). Sí es muy utilizado para imprimir revistas, catálogos y folletos.

Tipos de papel para imprimir

Otros papeles

Más allá del offset y del estucado (que son, como indicábamos, los más utilizados en imprenta, también podemos destacar los siguientes tipos:

  • Adhesivo. Gracias a que tiene una cara consistente en un pegamento realizado a base de resinas o cauchos sintéticos, se puede pegar. Firme y elástico, se utiliza para hacer etiquetas, papel de embalaje, cintas enrrolladas y pegatinas.
  • Bond. Con un gramaje de entre 60 y 130 gr, este tipo de soporte se utiliza para imprimir, fundamentalmente, hojas de carta y sobres. Se puede utilizar tanto en impresoras de inyección de tinta como en impresoras láser y fotocopiadoras.
  • Tissue. Elaborado habitualmente con fibra virgen, es suave y muy absorbente. Hecho para soportar el agua y no deshacerse al absorberla, se utiliza para fabricar papel de cocina y servilletas. Se produce a velocidades de 2.000 metros por minuto y en rollos de 4 metros de ancho.

Finalmente, haremos mención a un tema que suele llevar a confusión: la diferencia entre los conceptos de papeles ecológicos y papeles reciclados.

Aunque muchas personas piensan que son lo mismo, lo cierto es que no lo son. Hablamos de papeles reciclados cuando éstos se han elaborado con restos de otros papeles. El porcentaje de papeles ya usados que se ha utilizado para elaborar este tipo de soporte se indica habitualmente en el embalaje.

De este soporte se destaca su aportación a la ecología y al cuidado del medio ambiente, pero, ciertamente, no permite buenos acabados finales ni tiene grandes cualidades que lo destaquen a la hora de imprimir. Su semejanza al offset es mera apariencia. Su resistencia es menor y su blanco es un blanco imperfecto, algo más amarronado o sucio.

Los papeles ecológicos o bio, por su parte, se elaboran cumpliendo un determinados requisitos de fabricación. Para fabricarlos, o bien no se talan bosques naturales o, si se hace, se reforesta inmediatamente después. Para elaborarlos, además, se evita el uso de químicos perjudiciales para el medio ambiente.

Papel de impresión