El barnizado offset es un recurso cada vez más utilizado en las imprentas y con el que muchos diseñadores cuentan a la hora de elaborar sus proyectos.
¿En qué consiste? En un recurso incoloro que se emplea durante la impresión offset y que proporciona una fina capa sobre el papel. Este recurso se aplica o bien con un quinto cuerpo de máquina o bien con un cuerpo de torre de barniz.
A este acabado offset se le llama también barniz de máquina o de sobreimpresión, pues se realiza dentro de la misma tirada en que se realiza la cuatricromía.
A continuación vamos a ver cuáles son las funciones de este recurso y también cuáles son los tipos de recubrimientos (junto a él) más utilizados en artes gráficas.
Función del barnizado offset
En resumen, son dos las grandes funciones que cumple el barniz:
- Protección.
- Provocar un efecto visual determinado. Este acabado puede tener, pues, una función estética.
Esa fina capa que se coloca sobre el papel y sobre lo impreso permite proteger aquellas zonas en las que se produce una alta densidad de color. En especial el barniz protector para papel resulta muy útil sobre fondos negros u oscuros y en aquellos que, por razones de diseño, estén saturados de color.
Evitando un posible “efecto repinte” en aquellas zonas más llenas de color, los barnices otorgan a lo impreso un mejor acabado, a la vez que impiden el marcado de huellas en fondos oscuros o negros.
Estos revestimientos de imprenta cumplen también, como hemos indicado, funciones estéticas. Estas funciones varían dependiendo del tipo de papel:
- Papel couché brillo. Sobre este soporte se usan barnices brillo o alto brillo. ¿Qué se consigue con ello? Realzar la luminosidad. Este recubrimiento se aconseja especialmente sobre imágenes fotográficas.
- Papel couché mate o semimate. En este caso, la cobertura suaviza los reflejos del papel. Acostumbra a utilizarse en libros y catálogos en los que se quiere dar un aspecto de prestigio y calidad.
- Papeles offset y porosos. Los barnices de imprenta no suelen emplearse sobre estos soportes.
Impresión offset y acabados
Como hemos indicado anteriormente, los barnices no son el único recurso de recubrimiento que se utiliza en las artes gráficas. Dentro de ella podemos encontrar tres tipos bien diferenciados:
- Barnices.
- Recubrimientos acuosos.
- Recubrimientos por luz ultravioleta.
Barnices
Como hemos indicado anteriormente, el barniz puede aplicarse como una tinta especial más. Al aplicarlo de este modo se resaltan algunas partes del impreso.
Otro modo de aplicarlo es haciéndolo en una segunda pasada, cuando los colores impresos en la primera ya se han secado.
Los barnices más habituales son los mate, brillantes o sedosos, aunque también se pueden encontrar otros especiales como por ejemplo los barnices olorosos. Al frotar la superficie de estos una vez aplicados se produce una rotura de microcápsulas olorosas que desprenden el olor del aroma o fragancia elegida).
Estos últimos tipos de barniz suelen aplicarse en un proceso aparte, en serigrafía.
Las personas ajenas al mundo de las artes gráficas tienden a confundir el barniz y los plastificados. Hay que señalar que no son lo mismo. Un papel barnizado no es lo mismo que uno plastificado.
El proceso de plastificado consiste en utilizar una laminadora para adherir al papel mediante calentamiento una lámina o film.
El plastificado se usa habitualemnte en portadas de libros, carpetas y catálogos y en tarjetas de visita.
Recubrimientos acuosos
Los recubrimientos acuosos sirven en artes gráficas para aumentar el índice de gloss. Este tipo de recubrimiento se realiza con productos compuestos a base de polímeros duros de secado rápido, de tensoactivos que favorecen la fluidez, de cera y siliconas y de aditivos que mejoren las prestacionas de la composición.
Este tipo de recubrimiento reduce de manera importante el tiempo de secado, ofrece una excelente resistencia a la abrasión y al rozamiento y puede presentar acabados que vayan desde el mate al alto grado de brillo.
Recubrimiento por luz ultravioleta o barniz UV
El recubrimiento por luz ultravioleta, por su parte, se basa en un sistema según el cual la luz ultravioleta, al producir un cruce de moléculas, crea fuertes cadenas de las mismas originando una superficie lisa y muy resistente. Esta técnica puede aplicarse en una prensa o imprenta o, por el contrario, en otro proceso de serigrafiado.
El recubrimiento por luz ultravioleta puede ser mate, satinado o brillante.
En este caso, el secado es también rápido y la presencia de compuestos orgánicos volátiles es mínima. Este sistema, sin embargo, presenta una serie de problemas entre los que habría que destacar su alto coste y la pobre adhesión a los sustratos.
Muy apropiado para embellecer productos aportando un toque sofisticado y de alta calidad, aplicado a una parte determinada de un impreso (por ejemplo, a un logotipo) hace que esa parte destaque elegantemente sobre el resto del impreso.
En tarjetas de visita, invitaciones de boda, en portadas de revista de alta calidad o en packaging, el uso de este sistema, llamado también barniz UV, aporta un toque elegante y muy atractivo.