Hay un término francés que significa “rociar”. Ese término es “glicer”. Es él de donde proviene el nombre de una técnica de impresión, la llamada impresión Giclée (pronúnciese “yiclé”), que, como su propio origen etimológico indica, consiste en rociar o pulverizar el soporte sobre el que se está imprimiendo con pequeñas gotas de pigmento lanzadas por una impresora de chorro de tinta.
Gracias a la impresión Giclée, el impresor consigue una pieza de alta calidad digitalizada que, con aspecto de reproducción manual, imita los trazos y las pinceladas de la imagen representada (comúnmente una obra de arte). El espectacular grado de detalle que se consigue con la impresión Giclée, sistema de impresión al que también se conoce como Fine Art, ha convertido este sistema de impresión en el sistema de impresión y reproducción más popular dentro del universo de las bellas artes. De hecho, se suele emplear para realizar duplicados de pinturas, dibujos, fotografías, etc. No en vano, la impresión Giclée puede realizarse sobre:
- Papeles de altísima calidad. Marcas como Ilford, Canson o Hahnemühle se han especializado en la producción de este tipo de papel.
- Papeles de algodón
- Papeles de acabado fotográfico de distintos gramajes
- Lienzos
Fue el fabricante de impresoras estadounidense Jack Duganne quien, en 1991, dio nombre a la impresión Giclée, un sistema de impresión que destaca no solo por su rapidez, sino también porque permite al artista que va a ver reproducida su obra mayor control sobre dicha reproducción que la que podría ejercer, por ejemplo, si la obra por él realizada fuera impresa utilizando el sistema tradicional de impresión por cuatricromía.
Las opciones del artista
Dentro de las impresiones Giclée, podemos distinguir tres tipos:
- Fotografías impresas directamente desde el original digital.
- Fotografías que han sido manipuladas/mejoradas gracias al uso de Photoshop o de otro software de edición.
- Fotografías que han sido manipuladas/mejoradas tras su impresión.
Un artista, al utilizar la impresión Giclée para reproducir sus obras, puede servirse de la expresión “impresión Giclée” para vender dichas obras tanto como ediciones abiertas como limitadas, tanto firmadas como sin firmar.
A la hora de escoger un papel para reproducir su obra mediante la impresión Giclée, el artista debe tener en cuenta tres factores: el acabado, el brillo y el peso que desea para su obra.
Respecto al acabado, el artista que opte por la impresión Giclée para reproducir su obra debe elegir entre un acabado mate, uno brillante y uno semi-brillante. Cada uno de estos acabados tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero todos ellos deben cumplir con una condición: la de ser perdurable. En un próximo artículo profundizaremos en los beneficios y desventajas de cada tipo de acabado.
Respecto al brillo, el artista que, para reproducir su obra, opte por el proceso de impresión Giclée, debe tener en cuenta una serie de leyes generales que valen para todo tipo de impresión. Esas leyes son las siguientes:
- Si se desean imprimir colores muy brillantes y vivos deben usarse papeles muy brillantes.
- Si se desean imprimir colores muy claros, debe usarse un papel con poco brillo.
- Si el trabajo a imprimir posee colores claros y oscuros, el papel a utilizarse para realizar la impresión Giclée debe ser un papel de brillo medio.
A la hora de optar por un tipo de papel que pese más o menos, debe tenerse en cuenta qué destino va a tener el producto impreso mediante el sistema de impresión Giclée. Lo más habitual es imprimir en papel grueso (o muy grueso si se va a imprimir en gran escala), pero si las imágenes van a usarse, por ejemplo, en un portafolio, es preferible optar por papel de menos peso para que, así, puedan pasarse las páginas con mayor facilidad.
Finalmente, si el artista desea que la impresión Giclée le dé los máximos resultados de calidad deseados para su obra, deberá valorar dos elementos fundamentales en toda impresión:
- La tinta que se emplea en la misma. Lo más recomendable es usar siempre tintas pigmentadas.
- La resolución del archivo que se envía a la imprenta teniendo siempre en cuenta el tamaño que se deseó para la imagen. Lo más conveniente es enviar archivos con una resolución de 300DPI, ya que esta resolución es la más segura para la mayoría de los tamaños de impresión.
Teniendo en cuenta todos estos factores y valorándolos correctamente, sin duda se obtendrán unos buenos resultados de la impresión Giclée.