De tanto en tanto, en algún trabajo de impresión, se plantea la necesidad o exigencia de imprimir grandes zonas en color negro. Esto puede ocasionar algunos problemas al impresor. ¿Por qué? En este artículo vamos a explicártelo y también vamos a explicarte cómo actuamos los impresores para dar respuesta a este reto.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de plantearse cualquier tipo de impresión es que la tinta que se aplica sobre el papel es traslúcida, no opaca, y que el grosor de la capa de la misma es, aproximadamente, de diez milésimas de pulgada. Por lo tanto, cubrir un área grande con una sola mancha de una tonalidad de tinta determinada puede suponer un desafío para el más experimentado de los impresores.
En ocasiones, al igual que cuando pintamos la pared de una habitación, debemos dar dos capas de pintura para que el color quede como realmente deseamos que quede. Qué duda cabe que esta opción de “doble pasada” incrementa el coste final del producto impreso.
En función del color, en ocasiones se opta por dar una primera pasada suavizada al 50 % para evitar una apariencia demasiado “pesada” al final del proceso de impresión.
En todo caso, la resolución de los problemas que se plantean cuando hay que realizar este tipo de trabajos, y debido a que implica un aumento de costes, se trata siempre con el cliente. El cliente debe estar prevenido del encarecimiento de su encargo debido a las dificultades técnicas que conlleva.
Hay que tener en cuenta que el cliente no tiene porqué saber qué tipo de trabajos de imprenta requieren un tratamiento especial y por eso es fundamental informarle al respecto.
A continuación vamos a ver las diferentes técnicas que se utilizan para imprimir en negro grandes áreas y cuáles son los tipos diferentes de este color que podemos encontrar dentro del universo de la imprenta.
Técnicas para imprimir grandes zonas en negro
Dependiendo de las técnicas de impresión que un profesional de la imprenta utilice para imprimir grandes áreas negras podemos encontrar diversos tipos de negro. Esos tipos son:
- Puro
- Sobreimpreso
- Plano
- Enriquecido
El puro o estándar es el resultante de usar en impresión en cuatricromía el 100% de K. El resultado es un tono “anémico”, un color grisáceo de aspecto plano y opaco. Este tipo de tonalidad no resulta muy atractiva para grandes planos ni tampoco si buscamos un buen contraste con el resto del diseño.
La fórmula de esta tonalidad es sencilla: 0% C – 0% M – 0% Y – 100% K
Dicha fórmula proporciona una tonalidad es el más adecuado para textos de cuerpo pequeño (texto de libros, revistas, etc.) y para imprimir pequeños detalles.
El negro sobreimpreso:
- Sobre sí mismo. Aplicar una doble pasada en máquina se consigue intensificar el color y se evitan fallos de registro. No se debe abusar de esta técnica pues puede provocar una exagerada ganancia de punto que haga que las tramas de las fotografías se empasten, arruinando en buena medida el aspecto final del producto impreso.
- Sobre una “cama” de otras tintas. En este caso, se aplica la pasada de K sobre una pasada anterior impresa en otro color. Actuando así se potencia la intensidad del tono, se evitan excesos de tinta y se ocultan posibles errores.
El negro plano se consigue imprimiendo con tinta plana fabricada especialmente por marcas como PANTONE. Imprimiendo con este tipo de tinta, a la que se llama también Pantone Negro, se consigue un tono oscuro, constante, profundo y de gran calidad. Si no se usa más a menudo no es porque no se obtengan con él buenos resultaods. Es, simplemente, porque resulta bastante más costoso que imprimir a partir del sistema CMYK.
Para intentar acercarse a los resultados aportados por Pantone, lo que algunas imprentas hacen es preparar la tinta atendiendo a la fórmula de proceso aportada por la misma marca.
Al negro enriquecido, finalmente, vamos a dedicarle un apartado especial por el interés que tiene dentro de la profesión.
El negro enriquecido en los trabajos de imprenta
Este tipo de tonalidad se elabora aportando a la tinta K un porcentaje del resto de tintas CMYK. Es decir: agregando Cyan, Magenta o Amarillo en una determinada proporción obtenemos un tono más intenso al que también se llama negro CMYK.
¿Qué porcentaje de cada tinta deberá aplicarse para obtener el resultado deseado? Eso dependerá del método de impresión, del tipo de papel sobre el que se imprime y de las especificaciones, usos y costumbres de la propia imprenta.
Una combinación que da buenos resultados y plantea pocos problemas es la siguiente: 30% C – 30% M – 30% Y – 100% K.
Combinar el K solo con el Cyan puede dar lugar a una tonalidad fría; hacerlo con el Magenta da como resultado una tonalidad cálida que puede resultar atractiva en impresiones relacionadas con el mundo del marketing, y la combinación con el Amarillo no suele ser muy utilizada pues resulta problemática. En muchas ocasiones, el tono resultante al realizar este tipo de mezcla es un tono verdoso o marronáceo.
Esta técnica es muy recomendable para imprimir grandes áreas o textos que tengan un cuerpo considerable.