¿De qué hablamos, en artes gráficas, cuando hablamos de hot stamping? De una técnica de marcaje o impresión en seco que se realiza por transferencia térmica. Es ese uso de la transferencia térmica el que hace que a esta técnica se la llame también termograbado o termoimpresión.
En este artículo vamos a explicarte cómo se aplica esta técnica de impresión y personalización, te vamos a hablar del tipo de maquinaria que se utiliza para ello y haremos referencia a los formatos más utilizdos.
Hot stamping: ¿cómo se aplica?
La base de esta técnica de personalización se fundamente en la utilización de un cuño que, presionando sobre una delgada película y utilizando una temperatura que oscila entre los 100º y los 300º, transfiere el motivo que se desea grabar sobre materiales tan diversos como pueden ser el cartón, el plástico, la madera, la piel, el cuero, la polipiel o la tela.
Los cuños o clichés para termoimpresión que se utilizan para aplicar la técnica del hot stamping está realizado con materiales que, como el bronce, el magnesio, el aluminio o algún tipo de polímero, garantiza una alta transferencia de calor.
Es ese cuño el que, en relieve, lleva incorporado el diseño con el que se grabará el producto que desea ser grabado.
La película que se utiliza para aplicar esta técnica recibe el nombre de foil y está hecha de capas de adhesivo que se activan gracias al uso del calor.
Las películas que se utilizan para conseguir un acabado hot stamping están hechas de aluminio, resina y film de poliéster y contienen el pigmento de color de alta resolución que se transfiere por calor al objeto a estampar.
La variedad cromática de los foils no es tan amplia como la que pueden ofrecer las tintas, pero sí se pueden encontrar una variedad cromática en la que podemos encontrar metalizados (oro y plata), colores en versión brillo y mate o fluorescentes.
Cuando se coloca el papel en la máquina de stamping y se cierra la prensa con la que se va a realizar el grabado, el foil o película queda prensado entre el papel y la placa, quedando de ese modo adherida sobre el papel la capa de material, que tiene el mismo dibujo que posee el cuño diseñado.
Máquinas de termoimpresión y formatos
Los negocios de baja producción poseen maquinaria manual para conseguir este tipo de acabado. Las líneas de producción de media o alta producción, por su parte, poseen máquinas automáticas de alta velocidad que pueden llegar a aplicar esta técnica a un elevado número de objetos cada hora.
Los formatos que habitualmente más suelen utilizarse en la termoimpresión son los holográficos y los metalizados. Al integrarse en los diseños, tanto unos como otros pueden ser considerados una tinta directa sobreimpresa.
Habitualmente, lo que las imprentas hacen es imprimir primer las tintas con un sistema de impresión como pueden ser el offset o la serigrafía para, a continuación, proceder a aplicar el stamping o grabado.
El termograbado garantiza una estampación duradera y de gran resistencia a factores externos como pueden ser las temperaturas extremas, los rayos UV, etc.
Este procedimiento tiene aplicaciones muy variadas. Se puede utilizar para realizar grabados en cajas, invitaciones, etiquetas, revistas, libros, entradas, cosméticos, tarjetas, etc.
Una buena manera de extraer las máximas prestaciones a la termoimpresión es utilizar el stamping sobre plastificado mate. Al utilizarlo de ese modo se consigue alcanzar un alto contraste tanto visual como al tacto.