Hay muchos tipos de encuadernación. En nuestros artículo “Tipos de encuadernación” hicimos una relación de las tipos más habituales. Hablábamos en aquel artículo, entre otras, de la encuadernación rústica, de la cartoné, de la térmica y de la alzada, entre otras. Hay, sin embargo, muchas más formas de encuadernación que las citadas en el mencionado post. Son, por decirlo de algún modo, encuadernaciones más artesanales, más artísticas. Podríamos citar entre ellas la encuadernación japonesa, la copta, la Bradel, las encuadernaciones árabes 0 la encuadernación holandesa. A esta última vamos a dedicar este artículo.
¿Qué es la encuadernación holandesa?
La característica principal de la encuadernación holandesa (y lo que la distingue de otros tipos) es el uso de diferentes materiales en la zona del lomo y en la de las tapas.
Este tipo de encuadernación, que recibe también el nombre de media pasta, quarter bound o quarter binding, fue muy utilizada a finales del siglo XIX y principios del XX. La forma más clásica de la misma consiste en combinar un lomo en piel con unas tapas en papel o tela. ¿Qué se conseguía con ello? Una encuadernación duradera (en la zona donde el libro debe doblarse se halla el material más resistente y flexible) y más barata que la encuadernación entera. Dentro de este tipo de encuadernación podemos encontrar dos subtipos:
- Encuadernación de media tela. En el lomo se pone tela.
- Encuadernación de media piel. En el lomo se pone piel.
Para que la encuadernación resulte estéticamente agradable hay que procurar que los colores de los materiales del lomo y de la tapa combinen entre ellos. Lo más habitual, históricamente, ha sido combinar lomos de piel en color marrón y tapas de tela rojiza o papeles al agua.
Una de las grandes virtudes (aunque poco utilizada) de la encuadernación holandesa es que permite colocar tapas sin material cubriente. Cuando hablamos de una encuadernación de este tipo estamos hablando de un libro con tapas de metal, madera, cartón, etc.
Tipos de encuadernación holandesa
Dentro de la encuadernación holandesa podemos encontrar diversos tipos: la encuadernación holandesa clásica, la clásica con puntas, la holandesa con bandas o la holandesa a una tapa. También podemos optar por diversos tipos de decoración tanto en el lomo como en la tapa. Veamos las características principales de cada uno de estos tipos de encuadernación holandesa.
Encuadernación holandesa clásica
En este caso, tanto si se utiliza piel como si se utiliza tela para hacer la parte del lomo, dicho material cubre parte de la tapa. Lo habitual es que la zona de la tapa cubierta sea 1/3 o 1/4 del ancho de la misma. En la encuadernación clásica, lo habitual es que las tapas vayan solo con una tela de color liso o, como mucho, un papel de aguas.
El detalle técnico más importante en esta forma de encuadernación consiste en lograr que no se note un engrosamiento en aquella zona en la que los materiales de la tapa y del lomo se superponen.
Encuadernación holandesa con puntas
A este tipo de encuadernación se le llama también Half bound. Hablamos de ella cuando, en una encuadernación clásica, las esquinas de la portada se refuerzan con el mismo material del lomo.
Lo más habitual al realizar este tipo de encuadernación es optar por las esquinas triangulares, pero siempre hay espacio para la innovación. En ocasiones, se opta por esquineras metálicas o por pintar las mismas.
Encuadernación holandesa con banda
En esta forma de encuadernación lo que se refuerza es el borde de la tapa. Para ello se emplea el mismo material que se ha empleado para el lomo. Lo habitual en estos casos es utilizar una banda recta y de una anchura que medirá la mitad de lo que mida la zona del lomo. O sea: si se ha realizado una encuadernación con lomo de 1/3, la banda que cubrirá el borde de la tapa debe tener un ancho de 1/6 para guardar una proporción estéticamente agradable.
En las encuadernaciones más innovadoras (lomos inclinados, acabado con filigranas, etc.) se deberá buscar el equilibrio entre banda y lomo dentro de la innovación que se haya escogido.
Encuadernación holandesa a una tapa
Este tipo de acabado es un acabado más moderno que los indicados hasta ahora. Aquí, la contraportada está cubierta por completo por el material (tela o piel) que se ha empleado en el lomo. El segundo material, pues, solo se coloca en la portada.
Este tipo de encuadernado suele escogerse por motivos estéticos, pero también se elige por causas económicas en aquellos casos en los que el material destinado a la cubierta es más caro que el material destinado al lomo.
Tipos de decoración del lomo y la portada
El lomo y la portada de un libro pueden decorarse de diversas maneras cuando se realiza una encuadernación holandesa. Las más habituales son las que vamos a citar a continuación.
Decoraciones del lomo
El lomo de un libro encuadernado a la manera holandesa puede ser decorado de diversas formas:
- Con nervios en el lomo
- Con lomo inclinado
- Con lomo curvo
- Con lomo irregular
- Con cintas en el lomo
Decoraciones de la portada
Por su parte, la portada de un libro con encuadernación holandesa puede ser decorada de muchas maneras. Se puede, por ejemplo, optar por un dibujo en 3D, por un troquelado o por buscar distintos tipos de cierre. La portada, por ejemplo, puede cerrarse con un botón o con un lazo.
Una última forma de decorar lomo y portada de un libro encuadernado a la manera holandesa es la llamada decoración en abierto. Esta forma de decorar debe ser vista con el libro abierto para, de ese modo, poder ver el sentido de la decoración. En esta forma de decoración, la imagen entera con sentido es creada por los dibujos de la portada y de la contraportada junto al lomo.