En el mundo de las artes gráficas, como no podría ser de otro modo, estamos siempre hablando del papel. De sus tipos, de su calidad, del papel más adecuado para un trabajo determinado, de su precio, de su grosor… Pero ¿sabemos en verdad cómo se fabrica el papel?, ¿sabemos en qué fase de su proceso tienen lugar los cambios que, después, determinan el tipo de papel que se ha fabricado? En este artículo vamos a hablar del proceso de fabricación del papel y de las diferentes fases de dicho proceso.
Cuando se habla del origen del papel y de su invención se suele hablar de la figura de un funcionario chino de la corte imperial de la dinastía Han que vivió alrededor del año 105 a.C. Este funcionario, al parecer, utilizó hojas de morera, redes de pesca, residuos de cáñamo y trapos para crear, triturando y mezclando todo ello, una hoja de papel. Sin duda, y como no podía ser de otro modo, desde entonces hasta ahora el proceso de fabricación del papel ha cambiado mucho. Uno de los grandes cambios que se produjo en la historia respecto a la fabricación del papel fue la de la invención de una máquina que permitió que el papel, en lugar de producirse en hojas individuales, se produjera en rollos continuos.
En la actualidad, para fabricar papel se utilizan las fibras de celulosa que hay en la madera. Para obtener esas fibras de celulosa es necesario, primeramente, separarlas entre sí, ya que están unidas por una especie de pegamento que recibe el nombre de lignina. Para separarlas, la madera se muele y la lignina se disuelve utilizando para ello la aplicación de calor y una serie de productos químicos. En el fondo, este proceso industrial es similar al que, de manera natural, realizan las avispas cuando, tras masticar la madera y digerirla, construyen sus nidos de papel.
Una vez separadas las fibras de celulosa, las fibras se mezclan con agua en un gran recipiente que recibe el nombre de pulper. La mezcla resultante recibe el nombre de pulpa. Una vez preparada ésta, y antes de que sea calentada y secada, se adhieren a la misma materiales como arcilla o, principalmente, almidón. ¿Qué se persigue con ello? Dar fuerza y brillo al futuro papel.
Uno de los pasos fundamentales en el proceso de fabricación del papel es el del blanqueamiento de la pulpa. Para ello se utilizan diversos tipos de derivados del cloro y también peróxido de hidrógeno, un producto que se va usando cada vez menos en el proceso de fabricación del papel al resultar altamente contaminante.
Realizada y blanqueada la pulpa, ésta pasa a la máquina papelera. En ella, la pulpa se coloca sobre una banda o malla metálica que es movida y arrastrada por rodillos. El movimiento de esta malla hace que la pulpa se vaya distribuyendo uniformemente por ella para que, a partir de ahí, se vaya escurriendo el exceso de agua.
El siguiente paso en el proceso de fabricación del papel consiste en ir retirando progresivamente el agua que, tras el proceso anterior, haya quedado en la pulpa. Para ello se utilizan varios procedimientos. Esos procedimientos son los de gravedad, vacío, presión y secado. El de la gravedad sería el método característico de la fase anterior. Cuando el papel tiene algo así como el 50% del agua eliminada, se le aplica calor para, de ese modo, reducir la presencia de agua a un porcentaje que oscila entre el 5 y el 8%. Es en este preciso punto del proceso de fabricación del papel cuando se escogen determinados tratamientos para, en base a ellos, obtener diferentes texturas. Tras dichos tratamientos, el papel pasa a través de unos rodillos calientes que se encargan de exprimir el agua restante. Tras haber retirado completamente ese agua, lo que obtenemos es una hoja de papel de grandes dimensiones que se enrolla en una bobina.
Para hacerse una idea de hasta qué punto son gigantescas las actuales líneas de producción de papel daremos los siguientes datos. Una línea de producción moderna:
- Puede medir 200 metros de largo.
- Tiene 5.500 km de cables.
- Tiene 100 km de tuberías.
- Se maneja con hasta 50 pantallas y teclados de ordenador.
- Posee cientos de sensores y escáneres de última generación para controlar su funcionamiento.
Finalmente, destacaremos que hay una fase dentro del proceso de fabricación del papel que recibe el nombre de encolado y que consiste en añadir al papel productos hidrófobos como pueden ser colas de resina, colas reforzadas, gelatinas o productos fijantes. La función de este proceso es hacer que, una vez el papel esté fabricado y listo para ser utilizado, la tinta no se corra al imprimir o al escribir.
La fase de encolado puede realizarse en dos momentos distintos del proceso de fabricación del papel: bien cuando se prepara la pasta de papel (en este caso se habla de encolado en masa) o bien cuando el papel está prácticamente seco (en este caso se habla de encolado en superficie).